Me ha gustado mucho.
Es un juego-vendetta cuya situación surrealista subvierte el simulacro de normalidad de la sociedad israelí. Acaba de modo impactante con una ingeniosa figura de inversión que es desgarradora e imaginativa a partes iguales.
El desarrollo es muy bueno, aunque hay alguna cosa que pulir. No conseguía apagar la alarma del despertador. Y resulta algo raro que las conversaciones aparezcan arriba. Casi me las pierdo por completo. Son cosas menores. Una obra muy recomendable y necesaria