¡Muy bueno!
Lo que más me gustó es como el juego te relaja en todas las formas posibles.
La música, los diálogos, las mecánicas nuevas...
No sólo ayuda a que el jugador no se sienta desesperado por arreglar los 100 zapatos, sino que también ayuda a que el jugador empatice con el personaje, que se relaja con esto y se olvida de los problemas mientras arregla zapatos. Es poético en cierto modo.