Estimados desarrolladores: me he aventurado en su obra lúdica con la ingenuidad de quien espera un entretenimiento ligero, y he salido con el alma en vilo, el corazón al galope y una relación tensa con las luces apagadas. Mis más cordiales felicitaciones por lograr que hasta mi sombra me parezca sospechosa. Excelso trabajo, verdaderamente perturbador.
T. Penegrini