Maldito Ōdo de las narices, que le voy a atacar y se pone a rodar como si yo fuera un jefe de Dark Souls o algo.
Idea graciosa, pocas cosas hay más épicas que los duelos del Japón feudal. Procurad que los golpes sean mas contundentes y se note mucho más cuando hacéis daño. ¡Buen trabajo!