La idea está interesante pero a la ejecución le hizo falta algo para llenar la expectativa que genera la descripción del juego. No sé si es por ignorancia, pero interpreto lo zen como algo que da paz e iluminación, y siento que eso genera cierta disonancia ludonarrativa con la mecánica de destruir rocas.
Me gustó el estilo visual de los menús y la música. Como juego de puzles tiene potencial si se explora más a fondo lo de los eventos en cadena generados por las olas.