Llegamos al final. Sin embargo, en los juegos de rol, el final no es más que un nuevo principio, y aquí estamos en la Revelación, o como la llamamos en esta PRAXIS:  LA GLORIA.  

Este es el gran momento. Es cuando la suma de las traiciones, esfuerzos y planes se viene abajo y los jugadores quedan ante una revelación que lo dice todo, y sin embargo, abre la puerta para más. No es sencillo. La mayoría de los productos no logran superar jamás su climax, y al cruzarlo comienzan a descomponerse. No es el caso con el juego de rol, pues de hecho, es el momento es que al resolver el conflicto que se aqueja se plantea la siguiente trama como parte de un movimiento orgánico y no un “final abierto” de pésimo gusto.  

Así que es la hora de la verdad. Tienen 24 horas para hacer en un Máximo de 600 palabras (1 Cuartilla), LA GLORIA digna para terminar lo que empezó El TESORO de Willy Vargas, EL VIAJE de Andrés Bustamante y EL VILLANO de Javier Andrés Castro Palta. Esta praxis comienza el JUEVES a las 3:00 am. Y el proceso de subida termina el VIERNES a las 3:00 am, momento en que se abre la votación por 24 horas, terminando el SÁBADO a las 3:00 am.

Esta vez no será posible subir las PRAXIS a destiempo, pues no hay garantía de que los demás puedan leerlas. Entiendo que es poco espacio para terminar y comenzar, pero por eso es un reto.

La mejor de las suertes.

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EL ÚLTIMO GUARDIÁN

“He estado aquí desde hace más de 3000 años, como estuvo mi padre antes de mí, y su padre antes de él. Nuestra misión: Proteger a los nuestros. Todos aquellos hermanos, hermanas, padres y madres que escaparon del Apocalipsis durante el Gran Salto desde nuestra dimensión. Todos durmiendo aquí, en el Castillo Flotante de Raynard.

Mi Familia fue escogida de entre todas para tal noble misión. Nosotros sacrificaríamos  nuestro sueño eterno para protegerlos mientras recolectábamos en este mundo los  nutrientes necesarios para despertarlos, viajar a nuestra dimensión de destino y establecernos en un nuevo mundo. Para tal efecto, el Gran Sumo Sacerdote usó lo último de su magia para erigir una torre  conectada al castillo que se posicionaría en los sectores más ricos de este mundo de manera sucesiva, y así no agotar los recursos y cuidar la tierra.

Nuestro puente-transportador es un cristal con una llave obsidiana en su interior, en la cima de la torre.

Los primeros 10.000 años fueron tranquilos según lo que mi abuelo le había contado a mi padre. Los seres pensantes de este nuevo mundo nos miraban como una deidad mientras caminábamos entre ellos y el Castillo era otro Sol para ellos. A medida que pasaba el tiempo, estos seres se fueron acumulando alrededor de las zonas de usufructo, y formaron poblados. Teníamos un pacto de no intervención con estos seres, para que se desarrollasen  a su ritmo. Pacto que mi tío rompió.

Mi tío, angustiado por poder, decidió que era mejor establecerse aquí y dominar a estos seres, y así volvernos Dioses entre mortales. Convenció a varios de la familia de unírsele y derrocar a mi abuelo, quien era el Guardián Superior. Una guerra fratricida se libró y cobró muchas vidas. Apenas mi padre y unos 5 más sobrevivieron. Mi tío, con su cuerpo roto, fue arrojado de lo alto de la torre para su fin. O eso creíamos.

Años después, vimos cómo estos poblados fueron creciendo y volviéndose rápidamente en reinos muy avanzados en tecnología, y en poco tiempo, tuvimos los primeros incursores. Al principio creíamos que solo estaban perdidos.

Que inocentes fuimos.

Cuando el primero de nosotros murió bajo sus armas, nos dimos cuenta que venían por el

Castillo. Los despachamos rápidamente y sin dolor. Sólo eran seres violentos e inferiores.

No podíamos odiarlos.

Pero se volvió a repetir en la siguiente zona, y así sucesivamente en cada sector que el

Castillo se posaba. Cada vez aumentaban en número y ferocidad, cada vez más inteligentes se ponían, más armados venían, más mortales se volvían. Poco a poco, fuimos perdiendo miembros, fuimos cayendo. Pusimos muchas trampas: Rosales con veneno, Ilusiones, Pantanos, bestias de sus mentes, entre otros. Pero nada los disuadía,  ensimismados se arrojaban a su muerte, y a la nuestra si tenían suerte.

Algunos lograban pasarnos por encima y casi llegar al Puente-transportador, pero lográbamos pacificarlo. El horror que podría producirse al ingresar un ser de este mundo a nuestro inmaculado templo era impensable.

Decidí estudiarlos y descubrí una horrible verdad. Cada uno de los incursores venía con una marca oscura de magia en sus cerebros, como algo nutriendo una idea desaforada al punto de poner en peligro su vida. Todos y cada uno de ellos tenía esa marca. Reconocí los sellos como obra de mi tío, de alguna manera, había infectado a varios de este mundo.

Pasaron los años y finalmente quede sólo yo en la torre. Tomo la forma de una bestia de pesadillas, y así evitar que pongan sus infecciosas manos en el cristal. Refuerzo con más trampas, más monstruos, y me preparo mentalmente para cuando vuelva a posarse el castillo. Tal vez estoy solo, pero aquí estoy; plantándole cara a mi extinción y cuidando a mi pueblo, hasta el último aliento. No importa cuántos incursores vengan, soy el Ultimo Guardián, y lucharé hasta el final.

Lucharé hasta el final.

******* En otra parte *******

Un anciano ve como se aleja otro grupo de niños a los que ha contado la leyenda del Castillo Flotante. Sonríe abiertamente. Sabe que ha implantado la idea de grandeza, de sueños heroicos, y obviamente, ha plantado su esencia en cada uno de esos niños. Cada uno de esos pequeños e insignificantes seres ahora porta su marca oscura, y no puede estar más feliz.

Por años, desde su expulsión  como Guardián de la Torre, ha vagado este mundo enseñando y formando la leyenda del Castillo Flotante, de tal manera que estos seresinferiores, como él les dice, se incentiven a escalar. No solo ha propagado estos cuentos de riquezas y sueños en los jóvenes de los reinos, si no también ha traspasado información de tecnología en cada lugar. Ha sido él quien propició el avance tecnológico y la formación de reinos en este mundo. Ha sido él el que ha mandado a miles de jóvenes aventureros a

su muerte. Has sido él el que ha logrado el continuo desgaste de los Guardianes del Castillo, su propia familia. Pues su ambición es mayor. Pues sabe que sólo necesita que uno de estos seres alcance la llave obsidiana y entre en el castillo. Sólo uno, y a través de su marca oscura, tomar control de su cuerpo y así tener la libertad de controlar los designios de su pueblo y de los seres inferiores. Solo uno, y él se volverá un Dios entre los mortales.

Sonríe nuevamente el anciano. Por lo escuchado de los pocos que han huido de la torre, ya falta poco para que esto suceda, ya queda poco para reclamar lo que le fue arrebatado.

Mira hacia el cielo y ve el Castillo. Comienza a estirar su brazo y con la mano abierta lo

observa y dice: “Algo me dice, que tal vez hoy serás mío”

Sus ojos centellean de manera burlesca, y cierra la mano.

Tal vez tenga razón.